domingo, 9 de marzo de 2014

300: De guerras


Vuelvo a las andadas, tal y como la secuela de 300, como si hubieran pasado siete años, o al menos, eso me ha parecido a mí; meses de reflexión, con el tintero seco, con la responsabilidad de haber dejado a los virtuales lectores sin pasatiempo ni crítica. Precisamente, mi escrito de hoy tratará de la guerra, del enfrentamiento irracional entre seres humanos. 
"Paz a los hombres", decía Vicente Aleixandre al final de su vida, angustiado por ver su existencia pasada, como un sueño de una noche ya acaecida, pero aún así apelaba con esperanza, paz a los hombres. ¿Escuchan acaso estas palabras, este deseo de conciencia y acto de tantos, aquellos que organizan el tablero de juego y estrategia? Parece ser que no, desde la Antigüedad los hombres derraman sangre en nombre de Imperios, de Dioses, de ideales, de odio sembrado, odio alimentado, un esto es mío y no tuyo continuo, un de aquí no pasas, por mi patria. Póngase Crimea, como ejemplo. Guerras nacidas de causas ficticias guiadas por la avaricia, con numerosos cómplices, que condenan a seres inocentes a la muerte o la más mísera existencia. Póngase Iraq como ejemplo. 
Sin embargo, yo también estoy en guerra. En guerra contra ese odio, en guerra contra los que nos sumen en la ruindad, en guerra contra la inmoralidad y amoralidad, en guerra contra los que respaldan la incultura, en guerra contra los que violan los derechos universales del ser humano, de la mujer...en guerra contra la guerra. Paz a los hombres...

domingo, 15 de diciembre de 2013

Reunión de empresa


Hoy tengo una comida de esas que llaman "de empresa". Para decir verdad, mi asistencia a la reunión se sale un poco de lo normal, pues soy una empleada temporal, del verano, con lo que es un encuentro más amistoso que profesional. Sin embargo, me ha hecho reflexionar sobre esas auténticas cenas y comidas de empresa, navideñas o de fin de etapa, con las que últimamente nos topamos muchos de nosotros en restaurantes, cafés, pubs y discotecas, pues el jolgorio debe durar hasta la extenuación.
Estos encuentros consisten en una comida contundente azufrada a base de cerveza, vino y licores varios. En torno al suculento menú, o no tan suculento, pues no se trata de una condición sine qua non, los empleados o subordinados, jefes, administrativos, compañeros... muestran una felicidad desmedida, reflejada en las numerosas instantáneas inmediatamente divulgadas en las conversaciones de wasap. Todo ello revestido de un incontenible griterío e histrionismo que refuerza la confraternización, tan aconsejada por recursos humanos.
Pongámonos por un momento en el lugar de alguno de los convidados, como por ejemplo, en el papel de un trabajador cualquiera, un administrativo con problemas económicos y con un horario interminable, que apenas llega a final de mes. El miedo recorre su cuerpo, se ve obligado a acudir a la pantomima, ya que sabe que tiene que mostrarse disponible al 120%, competente, conforme y muy simpático ante los directivos, titiriteros de su vida. Ese hombre o mujer, atemorizado, irá a los compromisos que disponga el jefe, ya sea cena ya sea boda del hijo predilecto de turno, que por supuesto, no tendrá ningún problema para acceder a la tutela de la empresa.
Y aunque no todas estas comidas encierran historias como esta, ¿a qué viene tanta exaltación? "Compañeros" que se ignoran durante el horario laboral, se abrazan de modo soez y hortera con el estómago cocido. "Compañeros" que no han sido capaces de solidarizarse, de luchar contra la injusticia que sufre su igual, de manifestarse ante las condiciones impuestas desde "arriba". Será un gesto navideño pero llega a ser bochornoso.
Al menos, los que acudan y paguen el acordado menú contribuirán al movimiento de la economía, algo es algo.

miércoles, 11 de diciembre de 2013

¿Libertad? ¿Rebelión?

Hace unos días fui a ver la taquillera película "Los juegos del hambre: en llamas" que provocó en mí una positiva opinión acerca de la verosimilitud de la distópica situación que representa y el dinamismo en la acción, "dos horas y media se me hicieron en un santiamén". Sin embargo, durante el día de ayer se dieron una serie de coincidencias que me dieron qué pensar. Resulta que estuve revisando el suplemento de El País, preparándome mis clases de español, y leí un artículo de José Manuel de Prada sobre dicho filme que recalcaba el hecho de que no hacía sino aburguesar a los jóvenes, incapacitarlos para la rebelión. A esta lectura se unió el hallazgo de una frase salida de un capítulo de "El tiempo entre costuras", serie a la que me declaro adepta, a pesar de que algunas carencias dramáticas de los actores y trama algo pastelosa. La cita decía ser del régimen nazi "El trabajo os hace libres", y nada más cerca de la realidad, pues se trata del lema que se emplazó en numerosos campos de concentración alemanes.
Como decía, todo ello me hizo pensar más allá del trepidante ritmo de la película, de su atractivo vestuario y su mensaje revolucionario. Prada apuntaba que el error del best seller radica en que presenta a un gobierno despótico e impío, opresor del pueblo. A partir de ahí reflexioné sobre la nueva forma de tiranía actual o del futuro próximo, pues quizás no sea, como expone el articulista, algo tan explícitamente cruel como lo que muestra este taquillazo, sino algo enmascarado por la estupidez, ignorancia, torpeza, simpleza, circunloquios sin conclusión, sonrisas vacías, dulzura mansa, exaltación patriótica, optimismo sin base... Pero como ya dice mi madre "líbreme Dios de las aguas mansas, que de las bravas ya me libro yo". Formas democráticas y legales de gobierno y poder, por supuesto, con sus decretos y contratos, bien redactados, no faltaría más, que oprimen al ciudadano de a pie y adoctrina a las generaciones venideras, privándolas de pensamiento propio y juicio crítico. Que no nos convenzan de que un trabajo a cualquier precio nos hará libres, no, eso nos hará esclavos de conciencia y acción, conformes sintomáticos cuyas condiciones se alejan a ritmo imparable de una enriquecida y agazapada oligarquía que se presenta como nuestra salvación cuando en realidad no es más que nuestra condena.

sábado, 7 de diciembre de 2013

Píldora masculina


Parece una tontería, pero esto de la píldora es un engorro, veintiún días al mes, sin olvidar tomarla, a la misma hora, y por si no fuera poco, como cualquier fármaco, con efectos secundarios que es más práctico no leer en el correspondiente prospecto. Recientemente se han dado a conocer los avances en la investigación de una fórmula anticonceptiva masculina, una píldora que haga que el hombre tenga un "eyaculación en seco", anulando así la posibilidad de fecundación. Cuando leí la noticia y entre sus líneas encontré las palabras "logro en igualdad de género", me dije a mí misma, esto sí es progreso, esto merece la pena, los hombres podrán tomarla con facilidad y comodidad tal y como nosotras lo hacemos. Sin embargo, tras pensarlo, me dije, ¿serán capaces los hombres de tener esa constancia?, ¿estarán dispuestos a ser iguales en ese ámbito?, ¿serían capaces de sacrificar su comodidad?, ¿afectará a su hombría, a su autoestima?, ¿les consideraríamos responsables las mujeres? porque realmente ¿quién tiene las de perder?, ¿quién es la que pasará nueve meses de su vida con tripa y molestias, a gusto o a disgusto? A pesar de estas dudas, espero que efectivamente los hombres lleguen a tomar la píldora, que asuman y compartan las preocupaciones y consecuencias de las que, indudablemente, las mujeres son las principales afectadas, a pesar de que ambos, hombres y mujeres son partícipes a partes iguales.

sábado, 30 de noviembre de 2013

Un recuerdo de la infancia


Deseo que no sea así, pero si no reaccionamos, para los de mi generación todo se convertirá en un dulce recuerdo de infancia, de temprana juventud, tal vez una ensoñación. Mi piel se ruboriza por ver cómo se olvidan los logros que consiguieron muchos de nuestros padres, aquellos que se atrevieron a rebelarse contra lo que se consideraba el orden, aquellos que leyeron y escucharon lo prohibido, que sufrieron la censura, la violencia y la represión de un régimen dictatorial en un país que fue aislado del progreso. Fueron ellos los que pasaron días, meses, años en la cárcel, luchando por nuestros derechos, los que escuchaban a cantautores que hablaban de libertad sin ira, de la necesidad de una lluvia que cayera del cielo a cántaros, que renovara y dejara ver los cimientos de la democracia.
Ahora, volvemos a esas formas de represión social, de censura de pensamiento y de acción. Los poderosos luchan contra la posibilidad de revolución y de conciencia, escudándose tras unas reformas llamadas de "seguridad ciudadana", que se traducen en cuantiosas multas que penan los actos "delictivos" de personas que quieren recuperar lo que tantos hemos perdido: oportunidades, la casa, el trabajo, el derecho a la salud y educación...
Mientras, los  representantes de lo homologado protagonizan el reciente anuncio de la Lotería navideña nacional, lo más rancio y comercial de nuestro país, estandartes del conformismo social, del orden... Qué habrá sido de aquellos cantautores... Feliz Navidad.

lunes, 25 de noviembre de 2013

¡Qué coincidencia!


¡Qué coincidencia!, ¿no? Siempre las mujeres. Sin distinción entre cultura o religión. Nuestra intrahistoria, como a ella haría referencia el agónico Unamuno, está llena de mujeres que hacen "sus labores", que cumplen con la heredada tradición. Sin embargo, algunas, no pocas, entran, de un modo espantoso, en los anales de la considerada Historia oficial, publicada en periódicos y en noticias televisadas o radiadas, como víctimas de la denominada violencia de género.
Este sábado estuve viendo un documental sobre las costumbres de la etnia gitana, y más exactamente sobre el matrimonio entre miembros de la misma. En el programa, por supuesto, se dedicaba especial atención a la conocida prueba del pañuelo y la valoración de dicha demostración por las mujeres gitanas. Ellas, orgullosas, declaraban que era parte de su cultura, que ellas no eran como las demás, ellas llegaban vírgenes al matrimonio y su marido nunca podría echarles nada en cara, "su hombre" nunca podría sentirse minusvalorado, porque ella solo lo conocía a él, solo pensaba en él, ¿no?, ¿ellas no eran como las demás? Pues en mi opinión, se parecen demasiado a las demás, a muchas mujeres que en diferentes culturas tienen que dar pruebas de que no provocan, de que son puras, de que no tienen ojos más que para él. Pensemos por ejemplo en las mujeres musulmanas, condenadas a llevar velo, a tapar incluso su mirada para no encelar a su dueño, privadas de voz y fuerza de acción. No obstante, no es necesario irse muy lejos, porque en el mundo civilizado aún sige vigente, tanto en la mente de los hombres como en la de las mujeres, el hecho de que nosotras tenemos que ser portadoras de una reputación, como estandartes de nuestra honra, que mantenga en sosiego las dudas de él. Muchas se sienten orgullosas, tal y como actúan las jóvenes vírgenes gitanas, de que tanto él como su entorno no las califiquen como "fáciles", de que sean "diferentes".
No somos diferentes, somos las mismas, somos nosotras, sometidas.
Libérate contra la violencia de género hoy, 25 de noviemmbre de 2013, y siempre.

jueves, 21 de noviembre de 2013

No al silencio


En esta profesión cada vez vale menos la pena quedarse callado”. Jordi Évole. . . .y en todos los demás momentos y ocasiones que nos regala la vida.
Estas son las palabras que pronunció Jordi Évole al recibir el premio Ondas, ayer por la noche. El profesional periodista declaraba el alto valor de la palabra tanto en su trabajo, como en el resto de ámbitos de la vida... cuando como dijo el poeta Blas de Otero "solo nos queda la palabra". Sin embargo, en contraposición a esta arenga nos encontramos con instituciones y presonalidades que intentan censurar nuestra participación, que intentan ahogar nuestra voz y fuerza. Así, por ejemplo, el gobierno cree necesaria una reforma de la ley de huelga, le llaman de regulación de servicios mínimos,  que logrará ensordecer el efecto de un derecho constitucional. Asimismo, hallamos numerosos casos en los que se opta por ignorar la voz del ciudadano, destacando de una manera sobresaliente al ministro de Educación, que tras numerosas protestas del sector educativo, no se plantea la dimisión, y eso "que era tan humilde" el ínclito personajillo. También encontramos este acto de voluntario autismo ante "la palabra del pueblo", en las atroces consecuencias del franquismo, cuyas víctimas son tratadas con desprecio a pesar de que solo reclaman respeto y rehabilitación para sus muertos que, sin duda, son nuestros muertos, son todos los muertos, todas las víctimas de la vesania del odio y el rencor.
Por último, como si de una mafia se tratara, hallamos verdaderos ajustes de cuentas, mientras presuntos ladrones y corruptos se mantienen en el poder, ya sea a la sombra o a plena luz sinvergüenza, veamos a Camps y sus conmilitones de las Cortes valencianas, hay gente honrada que opta por no callar, por investigar, y son literalmente eliminadas, como pudiera ser el caso el reciente cese de una inspectora de Hacienda o la constante persecución del juez Garzón. No obstante, tenemos el derecho de hablar y si insistimos nos oirán, si nos unimos en solidaridad lograremos acallarlos.